29 de julio de 2015

TERMINATOR GÉNESIS (2015)


















Un poco tarde, aquí os traigo mi opinión sobre la quinta entrega de la saga Terminator.

Porque es una quinta entrega en toda regla, aunque hayan reiniciado la saga empleando los viajes en el tiempo, creando una nueva línea temporal que les permite llevar la saga por otros derroteros sin tocar las películas anteriores; como ya han hecho, con muy buenos resultados, las sagas de Star Trek y X-Men.

¿Cómo les ha funcionado esto? Pues a eso vamos ahora.

Pero, vayamos por partes.

La película comienza en el año 2029. La resistencia humana, encabezada por John Connor (Jason Clarke), ha logrado derrotar a Skynet y terminado con el imperio de las máquinas. Pero, antes de que eso ocurriera, lograron enviar a un Terminator al pasado, al año 1984, para eliminar a Sarah Connor (Emilia Clarke), la madre de John Connor, evitando así su nacimiento. Kyle Reese (Jai Courtney), uno de los mejores, y más fieles, lugartenientes de John, se presta voluntario para viajar al pasado y proteger a Sarah. Pero, cuando está a punto de ser lanzado a través del tiempo, ve como uno de los soldados de la resistencia (Matt Smith) ataca a John y, acto seguido, comienzan a venirle a la cabeza unos extraños recuerdos que jamás ha tenido, ya que son de él cuando era niño en el año 2017, pero vive feliz con sus padres en un mundo donde nunca ha habido guerra con las máquinas. Además, en esos recuerdos ve a Sarah y también se ve a él mismo enviándose un extraño mensaje.

Finalmente, Kyle llega al año 1984. Todo se va desarrollando como en la primera entrega hasta que descubre que uno de los policías que lo persigue (Byung-hun Lee) es un extraño terminator de metal líquido que no había visto antes y que luego descubrirá que se llama T-1000. Después llega su segunda sorpresa. Sarah no es la débil e inocente camarera que le han dicho que era, sino toda una mujer de armas tomar que, además, viaja en compañía de un terminator T-800 (Arnold Scwarzenegger) que la protege y ha estado cuidando de ella desde que sus padres murieron porque Skynet envió un T-1000 a matarla en el año 1973, cuando solo era una niña, pero alguien –cuya identidad se desconoce –envió al T-800 para protegerla y ahora es su única familia. El problema es que, el haber crecido junto a una máquina preparándose en todo momento para la lucha, ha hecho que Sarah se haya convertido en una joven fría que no ve muy bien el tener que “aparearse” con Kyle para engendrar a John; sobre todo, sabiendo que, una vez engendrado el futuro líder de la resistencia, Kyle morirá. Sin embargo, le esperan más sorpresas.


Antes de ponerme con la película, pongámonos en antecedentes.

Terminator Salvation (McG, 2009), la cuarta entrega de la saga, estaba destinada a ser el inicio de una nueva trilogía que trataría sobre la guerra entre humanos y máquinas en el futuro. Por entonces, los derechos los tenía Halcyon Company, fundada por Victor Kubicek y Derek Anderson. Estos tenían pensado convertir Halcyon en una nueva Carolco y a ellos en unos nuevos Mario Kassar y Andrew Vajna.

Sin embargo, las cosas no salieron como esperaban. Tras el fracaso de Watchmen (Zack Snyder, 2009), Warner Bros., bajo cuyo sello se realizó la película, se metió demasiado en la post-producción, obligándoles a rebajar el contenido violento para que la película tuviera la calificación PG-13 en lugar de la habitual R y también obligó a cortar muchos minutos de metraje para que la película no resultara muy larga. Todo esto solo sirvió para estropear la película; una muy buena película que podría haber sido uno de los mejores estrenos de ese año.

Al final la cosa no terminó en un fracaso pero, al final, los resultados en taquilla no fueron los esperados; por no hablar de que fue pulverizada por la crítica y muchos fans de la saga la odian –bueno, muchos de ellos ya la odiaban cuando todavía no había comenzado la post-producción –.

Halcyon intentó arreglar las cosas con una quinta entrega, programada para 2011, donde se recuperarían los viajes en el tiempo, siendo esta vez el propio John Connor el que viajaba al pasado para hacer frente a un ejército de máquinas que también retrocedía en el tiempo y pretendía comenzar la guerra contra los humanos antes del juicio final. Se habló, incluso, del regreso de Robert Patrick como T-1000.

Sin embargo, otros problemas vinieron a sumarse a los que ya tenían. Y es que Kubicek y Anderson –dos economistas metidos a productores de cine – realizaron una serie de inversiones que terminaron por arruinar del todo a la compañía, declarándose en bancarrota. Esto les obligó a vender los derechos de Terminator para poder pagar sus deudas.

En los siguientes dos años, los derechos empezaron a pasar de unas manos a otras, poniéndose en marcha varios proyectos que no llegaban a nada a pesar de que todos contaban con el regreso de Arnold Schwarzenegger, cuya carrera política tenía ya los días contados y pretendía regresar al cine; especialmente, a sus sagas más famosas, Terminator y Conan. Un proyecto que sonó mucho durante este periodo fue Terminator 3000, una película en 3D protagonizada por Schwarzenegger que iba a ser dirigida por Justin Lin.

Finalmente, en 2011, tras ser sacados a subasta, los derechos fueron a parar a Megan Ellison, dueña de Annapurna Pictures, quién puso rápidamente en marcha la nueva película bajo el sello de Paramount Pictures.

El problema es que Megan Ellison es más experta en películas diseñadas para ganar premios –especialmente, oscars –, como La Noche más Oscura (Kathryn Bigelow, 2012), Her (Spike Jonze, 2013) o La Gran Estafa Americana (David O. Russell, 2013), en lugar de superproducciones comerciales. Así que, decidió pedirle ayuda a su hermano, David Ellison, más curtido en los blockbusters tras haber producido a través de su compañía, Skydance Productions, películas como Misión Imposible: Protocolo Fantasma (Brad Bird, 2011), Star Trek Into Darkness (J.J. Abrams, 2013) o World War Z (Marc Forster, 2013).

En un principio, ambos iban a producir la película pero, tras sus últimos triunfos en los oscars, Megan Ellison decidió no arriesgar el prestigio ganado y pasó a ocupar la producción ejecutiva, dejándole la producción a su hermano y a la socia de este, Dana Goldberg. Laeta Kalogridis y Patrick Lussier fueron contratados para escribir el guión, mientras la dirección recaía en Alan Taylor, director habitual de la serie Juego de Tronos y de la película Thor: The Dark World (2013). Con Arnold Schwarzenegger confirmado desde el principio, se empezó a elegir a los otros miembros del reparto.


La primera elección fue la actriz que daría vida a Sarah Connor. La cosa estaba entre dos actrices. Por un lado estaba Brie Larson, que era la favorita del estudio. Por el otro estaba Emilia Clarke, que era la favorita de Alan Taylor, quién ya había trabajado con ella en varios capítulos de Juego de Tronos. Finalmente, se impuso el deseo de Taylor y Clarke fue la gran elegida, despertando un sinfín de opiniones, tanto buenas como malas.

Así llegamos a la película que nos ocupa, la cual se estrenó a principios de este mes. Y, desde luego, no se puede decir que le esté yendo muy bien en taquilla. Con un presupuesto de 155 millones de dólares, a día de hoy solo lleva recaudados 86 millones en EEUU. Afortunadamente, las cosas le están yendo mejor con la taquilla internacional, con 219 millones recaudados en el resto del mundo que hacen que su recaudación global ascienda a 305 millones de dólares.

Como le está pasando a muchas superproducciones hollywoodiensen actuales, la película va a salvar los muebles con la taquilla internacional. Sin embargo, las cifras están muy por debajo de lo esperado y todo parece indicar que se va a quedar por debajo de Terminator Salvation, que hizo 371 millones en todo el mundo, continuando la línea descendiente que está llevando esta saga en lo que a recaudación se refiere.

Ni que decir tiene que ya hay rumores de que se van a cancelar las dos nuevas secuelas que había preparadas, ya que querían que esta películas fuese también el inicio de una nueva trilogía. También tiene el futuro incierto una serie de Tv que estaban preparando paralela a esta saga.

Y es que, la película ha tendido muy mala prensa. La crítica, como era de esperar, la ha pulverizado y gran parte de los fans ya le cogieron manía desde el primer momento de su concepción; igual que ocurrió anteriormente con Terminator Salvation.

Sin embargo, una de las principales razones de que la película haya pinchado se debe, sin duda, a su nefasta promoción; de la que hasta el propio Schwarzenegger se ha quejado.

Todos nos quedamos de piedra cuando, en el segundo tráiler, nos mostraron sin ningún pudor la gran sorpresa argumental de la película; algo realmente incomprensible. Yo creo que esto se debe a que unos meses antes unos tipos se habían hecho con una copia del guión y habían publicado en internet numerosos spoilers; incluido esta sorpresa argumental, lo que me lleva a pensar que, posiblemente, el estudio creyera que ya no era necesario seguir ocultando la sorpresa.

Espero equivocarme pero, de ser esto cierto, cometieron un error garrafal porque 1) esos spoilers no llegaron al gran público y 2) nunca quedó claro si lo que decían esos tipos era cierto o no, dejando la duda hasta ver la película. Sin embargo, al revelar la sorpresa, confirmaron que decían la verdad. Así que los responsables de la película hicieron una de las mayores chapuzas promocionales de los últimos tiempos.

Pero, bueno, dejemos esto a un lado y vamos a ver cual es mi opinión sobre la película.

Yo con este film tenía sentimientos encontrados. Al principio, lo de que volvieran otra vez con los viajes en el tiempo me echaba para atrás. Yo prefería más que hubieran seguido con la idea de Terminator Salvation y continuar con la guerra entre humanos y máquinas en el futuro.

No obstante, mi interés en esta película fue creciendo con el tiempo; especialmente, cuando ficharon a Emilia Clarke como Sarah Connor. Pero volvió a sufrir un serio bajón cuando revelaron en el segundo tráiler la sorpresa de la que he hablado antes.


No obstante, nunca perdí del todo mi interés en la película y, ahora que ya la he visto, me dispongo a dar mi opinión.

Pues bien, la película ME HA GUSTADO; y bastante más de lo que esperaba, debo añadir.

Obviamente, está lejos de ser una gran película, como las dos primeras entregas de la saga Terminator (1984) y Terminator 2: El Día del Juicio Final (1991), y, desde luego, no diría que está entre lo mejor del año. Sin embargo, es una película bastante disfrutable, muy bien hecha y, sobre todo, espectacular y entretenida.

Sobre como la colocaría en la saga, diría que es superior a la tercera, muy inferior a las dos primeras y estaría peleando duramente con Terminator Salvation por el tercer puesto.

Técnicamente, está muy lograda, con una dirección bastante notable. Alan Taylor la dirige bastante bien, con unas muy logradas secuencias de acción –la escena del autobús en el puente es brutal e impresionante –y un ritmo que no decae en ningún momento. También dirige bien a los actores y los momentos dramáticos y, sobre todo, se toma bastante en serio la saga; sobre todo, en los momentos en los que la trama coincide con la primera entrega.

Desgraciadamente, aunque hace un muy buen trabajo y se toma en serio la saga, no le pone la pasión que le debería haber puesto. Esta película utiliza mucho el factor nostalgia, como Jurassic World. Pero aquella contaba con un director –Colin Trevorrow –que ama de verdad Parque Jurásico y eso queda muy reflejado en la película, la cual recupera mucho del espíritu de la original, lo que explica, en parte, el enorme éxito que está teniendo. Taylor, en cambio, no sé cómo será de fan de Terminator. Puede que lo sea, pero no se le nota muy amante de la saga. Y creo que es ahí donde reside otra de las razones del pinchazo de esta película. Creo que si la hubiera dirigido un director muy amante de Terminator, que adorase las primeras películas de la misma manera que Trevorrow adora Parque Jurásico, le habría puesto mucha pasión a la película y hubiera sabido aprovechar mejor los muchos homenajes y guiños que pueblan en film y, seguramente, habría arrasado en taquilla.

Pero, bueno. Al menos hay que agradecer que Taylor haya hecho un buen trabajo y haya podido estar a la altura como, según mi opinión, también los estuvieron Jonathan Mostow y McG ante el listón tan alto que dejó James Cameron. Quién, por cierto, habló muy bien y de forma muy entusiasta de esta película antes de que se estrenara; muchos escépticos dicen que le sobornaron, pero yo me pregunto cómo se puede sobornar al hombre que ha hecho las dos películas más taquilleras de la historia.

El guión, tal y como se esperaba, no es ninguna maravilla; aunque tampoco es malo del todo. Es un guión que cumple y ya está. Eso sí, su mayor defecto es que, con lo de los viajes en el tiempo, termina liando las cosas más de lo que estaban; pero, vamos, eso era algo ya inevitable.

Los efectos especiales están muy logrados. En los tráilers se los veía bastante cutres, más propios de una película de serie B o un videojuego. Pero, tras haberlos pulido bien, terminan por dar el pego. No obstante, hay demasiado abuso del CGI. Aquí pierde claramente la batalla contra Terminator Salvation, la cual también utilizó mucho CGI, pero a la vez también empleó una buena cantidad de animatronics, logrando un muy logrado equilibrio entre ambos, digno de la mismísima Parque Jurásico, lo que le daba a la película un tono bastante realista que esta película pierde en varios momentos.


Otro punto muy acertado de la película es el diseño de producción. Donde se puede apreciar más esto es en la parte del futuro del principio y en la parte que transcurre en 1984, con una ambientación de lo más lograda; de no ser por lo mal caracterizados que están algunos personajes –como el vagabundo al que Kyle Reese le roba los pantalones o el punk al que dio vida en su día Bill Paxton –, llega a parecer que se han metido en la película original.

El reparto es otro punto a favor.

Comenzando por el recuperado Arnold Schwarzenegger, quién vuelve a encarnar de forma formidable al T-800. No obstante, en las escenas de acción, ha habido momentos en los que no ha estado tan acertado.

En la película justifican muy bien su aspecto envejecido con una idea argumental que les dio el mismísimo James Cameron y que para mí funciona muy bien. Pero, eso solo es válido para su aspecto exterior, ya que por dentro sigue siendo un T-800 a pleno rendimiento –viejo, pero no obsoleto, lo dice en varios momentos de la película –. En algunas escenas de acción si da bastante el pego, pero en otras se le notan bastante los años, y sus movimientos son más propios de un viejo que de un cyborg. Claro, que esto no es culpa suya, ya que los responsables de la película deberían haber cuidado más estos detalles disimuládolos mejor, con dobles o con CGI. Pero, de todas maneras, el tipo sigue siendo una parte fundamental de esta saga y es agradable verle de nuevo encarnando a su personaje más emblemático.

Jason Clarke está muy bien como John Connor; especialmente, en el doble papel que le toca hacer.

Jai Courtney resulta bastante creíble como Kyle Reese. Su trabajo no entusiasma mucho, pero tampoco decepciona. Está, simplemente correcto y ya está.

Por su parte, J.K. Simmons está espléndido y le da a la película unas muy buenas dosis de humor. Desgraciadamente, está un tanto desaprovechado. Espero que, si al final hacen las dos secuelas que tienen pensadas, lo recuperen porque este personaje puede dar bastante juego.

Pero, quién de verdad ha sobresalido en esta película es, sin duda, Emilia Clarke como Sarah Connor. Ya he dicho que su elección fue uno de los motivos que hicieron que me interesara por la película y, desde luego, no me equivocaba. La chica es una excelente actriz a la que ningún papel le viene grande y, desde luego, esta película no es una excepción. Su Sarah Connor es estupenda y en ningún momento se resiente ante el muy alto listón que dejó Linda Hamilton, a la que no logra hacer olvidar, pero tampoco hace que se la eche de menos. Además, se desenvuelve muy bien en las escenas de acción y aporta al personaje una sensualidad necesaria en la tensión sexual que tiene con el personaje de Reese; algo que, desgraciadamente, los responsables de la película no han sabido aprovechar bien.


Y es que es una pena que, pese a que se nos prometió que la película recuperaría la calificación R, al final hayan terminado sucumbiendo también a la PG-13. Otra cagada por parte de los responsables de la película, porque han querido explotar el factor nostalgia olvidándose de que la mayoría de los fans de esta saga somos gente adulta que habríamos agradecido algo más de violencia, sangre y sexo.

Este es, sin duda, uno de los puntos más negativos del film, junto con el abuso del CGI y algún que otro defecto argumental de los que no hablaré para no hacer spoilers; aunque, los que ya hayáis visto la película, sabréis de lo que hablo.

Pero, de todas maneras, pese a los fallos, la película está muy bien. Yo, desde luego, he disfrutado bastante viéndola y, una vez vista, me deja con ganas de verla otra vez.

Y, desde luego, no comparto para nada lo que van diciendo los fanáticos de que se carga la saga. Al contrario, para mí se la toma muy en serio y le hace bastante justicia.

Una película muy recomendable. Sobre todo a los fans de Terminator con la mente abierta.










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