27 de mayo de 2013

STAR TREK INTO DARKNESS (2013)





















La nueva película de la saga cinematográfica de Star Trek, la número 12 de las que se han hecho hasta ahora y la segunda de las precuelas que ha dirigido J. J. Abrams, se estrenó en EEUU el pasado viernes, 17 de mayo, y ya son muchos los países donde se ha estrenado ya; algunos, incluso, el estreno fue mucho antes que en EEUU. Sin embargo, a España no llegará hasta el próximo ¡5 de julio!, para el que queda todavía mas de un mes.

Y, como ya sabéis la poca paciencia que suelo con los estrenos tardíos cuando se trata de una película que tengo muchas ganas de ver, me las he arreglado para verla en una calidad decente para poder opinar sobre ella; cosa a la que voy.

Paro vayamos por partes.

Lo que debía haber sido una simple misión de observación en un planeta poblado por una raza de seres primitivos se complica cuando un volcán amenaza con arrasar todo el planeta y el capitán James T. Kirk (Chris Pine) viola las normas interviniendo para evitar que el volcán estalle, lo que hace que Spock (Zachary Quinto) casi pierda la vida y los habitantes vean la nave Enterprise y la convierten en su nuevo dios. Esto hace que la Flota Estelar degrade a Kirk y le quite el mando de la Enterprise, la cual vuelve a ser comandada por el almirante Christopher Pike (Bruce Greenwood), quién consigue que Kirk permanezca en ella como primer oficial, ya que Spock, el primer oficial actual, ha sido destinado a otra nave. Sin embargo, un atentado en Londres perpetrado por John Harrison (Benedict Cumberbatch), quién en el pasado fue uno de los mejores agentes de a Federación, hace que el alto mando de la Flota Estelar se reúna.

Reunión a la que asiste Kirk acompañando a Pike. Este descubre que el atentado solo era una excusa para reunir a la cúpula y así Harrison poder atacarles, cosa que hace a bordo de un helicóptero de combate. Kirk logra repeler el ataque, pero no evita que Harrison logre escapar y se produzcan varias muertes; una de ellas, la de Pike. Esto hace que Kirk sea nombrado de nuevo capitán del Enterprise por el almirante Marcus (Peter Weller), principal comandante de la flota, quién le encomienda la misión de encontrar y eliminar a Harrison, algo que Kirk, deseoso de venganza, acepta sin dudarlo; aunque con la condición de contar de nuevo con su tripulación, incluido Spock. Como ayuda, Marcus le entrega varios torpedos de protones especiales que son cargados en la nave, algo que no hace mucha gracia a Scotty (Simon Pegg), que no duda en dimitir. Kirk, en cambio, está mas pendiente de encontrar a Harrison, a quién localiza en Kronos, el planeta de los Klingons, lo que hace que la misión sea mas peligrosa, ya que esto podría provocar una guerra entre la Federación y el Imperio Klingon.


En 2009, J. J. Abrams sorprendió con Star Trek, una película que era una precuela de la saga cinematográfica de la famosa serie creada por Gene Roddenberry pero, además, también reiniciaba todo el universo utilizando de forma muy inteligente los viajes en el tiempo. La película no solo fue un éxito que revitalizó la saga cinematográfica, bastante decaída tras los flojos resultados de la anterior entrega, Star Trek: Némesis (Stuart Baird, 2003), sino que resultó de lo mas satisfactoria y entusiasmó a casi todo el mundo; incluso muchos fans de Star Wars se quitaron el sombrero y afirmaron que ya les hubiera gustado tener una precuela así en lugar de La Amenaza Fantasma (George Lucas, 1999).

Rápidamente se habló de una secuela, pero esta estuvo en un estado incierto durante bastante tiempo, ya que Abrams, inmerso en otros proyectos, afirmó que no tenía intención de dirigirla, tan solo producirla, y dejar la dirección a otro. Sin embargo, finalmente aceptó repetir como director y el estudio dio luz verde al proyecto, dando como resultado la película que nos ocupa.

De momento, a la película no le está yendo mal en taquilla, aunque si es cierto que sus responsables esperaban algo mas. Además, en su segundo fin de semana ha perdido el primer puesto y ha bajado al tercero; claro, que hay que tener en cuenta los dos estrenos fuertes que había, Fast & Furious 6 y R3sacon. De todas maneras, con un presupuesto de 190 millones de dólares, la película lleva recaudados 146 millones en EEUU y 102 millones mas en el resto del mundo, haciendo un total de 248 millones de dólares.

Antes de ponerme a analizarla, quiero dejar clara mi posición en torno a Star Trek. Como ya he dicho varias veces, nunca he sido fan de la creación de Roddenberry ni formo parte de los denominados trekkies, que es como se denomina a los fans mas incondicionales; yo siempre he sido mas fan de Star Wars. Sin embargo, el que no sea fan de algo no quiere decir siempre que no me guste o lo desconozca. Lo mismo ocurre con Superman, que no está entre mis superhéroes favoritos, pero estoy impaciente por ver su última película, Man of Steel, porque tiene una pintaza tremenda y viene firmada por tres pesos pesados como Zack Snyder, Christopher Nolan y David S. Goyer.

De Star Trek recuerdo que veía la serie original en mi infancia y adolescencia, cuando todavía la pasaban por la Tv, y me gustan varias de sus películas, como la maravillosa Star Trek II: La Ira de Khan (Nicholas Meyer, 1982), a la que este film hace varios guiños y, sobre todo, homenajes –el mas claro de todos al final –. Y, desde luego, disfruté mucho con la película de 2009, por lo que tenía una enorme curiosidad por ver esta secuela.


Ahora que la he visto, solo puedo decir una cosa: ME HA ENCANTADO.

Como secuela, para mi es superior a su predecesora. Sigue completamente la linea marcada por aquella, pero multiplicándolo todo x2. Es mas oscura, tiene mucha mas acción y un guión mejor, a pesar de que la presencia de Damon Lindelof –responsable del decepcionante capítulo final de Perdidos o las cagadas de Prometheus (Ridley Scott, 2012) –hacía temer lo peor; pero, afortunadamente, no ha sido así y la película aprueba en lo que ha guión se refiere.

Lo mejor de esta película es que sorprende gracias, principalmente, a una serie de giros argumentales que funcionan muy bien y hacen la historia mas interesante. Todo ello acompañado de un ritmo que nunca decae y la hace totalmente disfrutable desde que empieza hasta que termina. Todo ello acompañado de unos estupendos efectos especiales y un notable diseño de producción, además de unas escenas de acción muy logradas y muy bien rodadas junto a algunos momentos realmente violentos e impactantes.

No obstante, el mejor ejemplo de la superioridad de esta secuela frente a su predecesora es, sin duda, el villano principal –porque en la película hay varios –. Sin menospreciar al Nero interpretado por Eric Bana en el anterior film, este John Harrison al que da vida un excelente Benedict Cumberbatch es un villano muy superior y llega a resultar realmente impresionante. Un adversario impracable que se las hace pasar muy putas a los protagonistas y que, además, es tan enigmático y amenazador que llega a dar miedo. Todo esto sin mencionar que también es un gran manipulador capaz de engañar y hacer creer que puede ser un buen amigo y aliado cuando en realidad es alguien a quién no querrías tener ni a 10 Km de distancia.






Lo que viene a continuación son SPOILERS de los grandes. Quién no haya visto la película que se abstenga de leer lo que viene a continuación; incluso hay que marcar el texto para poder leerlo.








Spock (Zachary Quinto) tiene suerte de que su yo del futuro (Leonard Nimoy) le advierta sobre este personaje y el peligro que representa, ya que es un viejo conocido de los fans de Star Trek.

Si, se trata del mismísimo Khan, al que dio vida el fallecido Ricardo Montalban en el episodio Space Seed (1967) de la serie original y en la ya mencionada película Star Trek II: La Ira de Khan. Se había rumoreado en multitud de ocasiones que era este personaje el que se encontraba tras la identidad de John Harrison y en un par de ocasiones se llegó a confirmar por parte de los medios de comunicación; aunque los responsables de la película y el propio Cumberbatch se empeñaban constantemente en desmentirlo.

Ahora, tras ver la película, si puedo decir a las claras de que se trata del mismísimo Khan, el cual también ha visto su historia modificada por le reinicio temporal que se hizo en la primera. Ahora es el Almirante Marcus, un estupendo Peter Weller (Robocop), quién encontró el Botany Bay y revivió a Khan, al que utilizó para la futura guerra contra los Klingons pero, como suele ocurrir, se le fue de las manos y ahora trata de manipular a Kirk para que acabe con Khan por él y, de paso, acelere el inicio de la guerra con los Klingon, descubriéndose como el segundo villano de la historia.

El almirante Marcus, por cierto, es el padre de la doctora Carol Marcus, personaje que –al igual que Khan –repite de la película de 1982 y que aquí está interpretada por una bella Alice Eve que hace un buen trabajo, aunque el personaje está un poco desaprovechado en el guión.










Fin de los SPOILERS, ya podéis leer con tranquilidad.







Como puntos negativos, a parte de lo desaprovechados de algunos personajes –lo que ya he dicho antes de Carol Marcus en los spoilers –, está el hecho de que la película no es exactamente la que te esperabas viendo los trailers, los cuales daban la impresión de que John Harrison iba a provocar el caos y traer la anarquía a la Federación; si es un personaje capaz de hacer todo eso, pero en la película no tiene oportunidad. Ocurre un poco como en Iron Man 3Sin embargo, el resultado final, aunque diferente, es de lo mas satisfactorio y, a diferencia de Iron Man 3, aquí no va a haber decepción en cuanto a la identidad del villano.

Resumiendo.

La película es muy buena, altamente satisfactoria y no decepciona –salvo un poco por lo que he dicho antes de los trailers –. Un film totalmente recomendable, tanto para los fans incondicionales de Star Trek como para los que ni tan siquiera conocen esta franquicia.



Desde luego, J. J. Abrams se ha superado a si mismo y, después del excelente trabajo que ha hecho, tanto en esta película como en su predecesora, ahora si que no tengo dudas de que han hecho una gran elección al encomendarle el Episodio VII de Star Wars que veremos en 2015 y que ya estoy deseando que llegue.

Claro, que esto le va a impedir dirigir la ya anunciada tercera entrega, para la que ya buscan un nuevo director, siendo Joe Cornish, director de Attack the Block (2011) y co-guionista de la futura Ant-Man, de Edgar Wright, el primer nombre en sonar como posible candidato. La tercera entrega podría llegar en 2016 y es muy probable que los Klingons sean los villanos principales.

Pero, esto es otra historia. Ahora lo que importa es esta Star Trek Into Darkness que, desde luego, me ha gustado mucho, he disfrutado una barbaridad viéndola y, sin ninguna duda, cuando la estrenen en España iré corriendo a verla en el cine porque vale la pena pagar por ella.









19 de mayo de 2013

OBLIVION (2013)

















Oblivion es la segunda película de Joseph Kosinski después de Tron Legacy (2010), secuela de la ya clásica Tron (Steven Lisberger, 1982), donde el director adapta una novela gráfica que el mismo escribió junto a Avid Nelson.

En el año 2077 la Tierra está completamente debastada. 60 años antes, la humanidad entró en guerra con una raza extraterrestre, los Scavs. Los humanos ganaron la guerra, pero las consecuencias fueron desastrosas ya que, antes de lanzar su ataque, los Scavs destruyeron la Luna, provocando una serie de terremotos y tsunamis que arrasaron el planeta y destruyeron a la mayor parte de la humanidad. Esto obligó a los humanos supervivientes a defenderse con armas nucleares, lo que hizo que ganaran la guerra, pero dejasen el planeta mucho mas inhabitable, al crear grandes zonas radiactivas. Fue por ello por lo que lo que quedó de la humanidad fue evacuada a Titán, una de las lunas de Saturno, donde han creado una colonia espacial.

Al menos, esto es lo que le contaron a Jack Harper (Tom Cruise), quién permanece en la Tierra junto a Vic (Andrea Riseborough), su compañera, tanto de equipo como sentimental. Los dos son los encargados de vigilar y mantener en funcionamiento los androides que se encargan de vigilar y proteger las grandes plataformas que absorben el agua de la Tierra para llevarla a Titán. Jack se encarga de reparar los robots averiados en los enfrentamientos con lo que queda de los Scav volando de un lado a otro en una aeronave mientras Vic le da instrucciones desde la Torre 49, su cuartel general y residencia. Los dos fueron sometidos a un borrado de memoria obligatorio pero, desde hace tiempo, Jack tiene varios sueños donde se encuentra en la Tierra antes de la guerra y en donde suele aparecer una bella mujer (Olga Kurylenko); además, a diferencia de Vic, él está mas cómodo en la Tierra y cada vez desea menos volver a Titán, que es lo que ocurrirá cuando terminen su misión. La vida de Jack cambiará por completo cuando, entre los restos de una nave anterior a la guerra que ha caído del espacio, encuentra varios supervivientes conservados en cápsulas de invernación y entre ellos se encuentra a la mujer que aparece en sus sueños, la cual responde al nombre de Julia. Cuando los androides empiezan a matar a los demás supervivientes, Jack empieza a sospechar que algo está pasando.


El primer intento de Kosinski para convertir su cómic en película fue con la Disney, con quienes ya había trabajado en Tron Legacy, pero estos querían una película menos oscura y mas para todos los públicos, lo que hizo que el director abandonara y se fuera con Universal Pictures, quienes aceptaron hacer una película PG-13. Kosinski escribió el primer borrador del guión junto a William Monahan y este fue posteriormente reescrito por Karl Gajdusek hasta que la Universal encargó la reescritura final a Michael Arndt, guionista de la futura nueva entrega de Star Wars.

El papel principal fue para Tom Cruise, quién llevaba tiempo detrás de este papel, y para la protagonista femenina tuvieron como aspirantes a actrices como Jessica Chastain, Olivia Wilde o Noomi Rapace hasta que cayó en manos de la actriz y modelo ucraniana Olga Kurylenko. Para el otro rol femenino principal, Vic, actrices como Hayley Atwell, Diane Kruger o Kate Beckinsale hicieron pruebas en Pittsburgh con Cruise –quién en esos momentos rodaba allí Jack Reacher –, aunque la elegida fue la menos conocida Andrea Riseborough.

La película se estrenó en EEUU el pasado 19 de abril –aunque en España lo hizo antes, el 12 de abril –y ha tenido un éxito algo irregular. Con un presupuesto de 120 millones de dólares, en EEUU no ha llegado a superar los 100 millones, quedándose en 84 millones de dólares. No obstante, en el resto del mundo le ha ido mucho mejor, recaudando 160 millones con los que su recaudación total es de 244 millones de dólares.

Antes de empezar a analizar la película, quiero dejar claro que no he leído el cómic en que se basa la película –cosa rara en mi, ya que he leído una gran cantidad de cómics a lo largo de mi vida –, así que solo la analizaré como película y no como adaptación. También voy a intentan analizarla sin spoilers y tratando de desvelar los menos posible de la trama.

La película me ha gustado; aunque tampoco se puede decir que me haya entusiasmado mucho.

A nivel visual, es excelente. Kosinski dirige muy bien, como ya demostró en Tron Legacy, y maneja de manera formidable los efectos especiales y las escenas de acción –aunque se echan de menos algunas mas en el film –. Luego, el diseño de producción es realmente genial, sobre todo, con esa Tierra debastada donde los grandes rascacielos se mezclan con el terreno, o el diseño de las naves y los androides.


A nivel técnico y visual, la película funciona muy bien, como ya he dicho. El problema es que falla en otros aspectos. Como en el guión, el cual no es malo, al contrario, es bueno; pero tampoco es para tirar muchos cohetes.

Uno de los grandes problemas es que ocurre lo mismo que, por ejemplo, con La Isla (Michael Bay, 2005). El guión coge multitud de elementos de muchas otras películas de temática similar y eso afecta mucho tanto al mensaje que quiere transmitirnos como a la propia película en si, porque te da en todo momento la sensación de que ya la has visto. El mejor ejemplo es el final, el cual me recordó en todo momento a Independence Day (Roland Emmerich, 1996) mezclándola un poco con 2001: Una Odisea en el Espacio (Stanley Kubrick, 1968). Aunque, a la película que mas está recordando a la mayoría de la gente es a Moon (Duncan Jones, 2009), con la que guarda bastante similitudes.

No se puede machacar a esta película por mezclar elementos de otras películas, ya que esto lo han hecho multitud de películas, pero, como ya he dicho, en todo momentos tienes la sensación de que ya has visto la película antes.

Otro problema del guión es el desarrollo. La primera parte de la película se hace un tanto aburrida y pesada; afortunadamente, en la segunda mitad coge mas fuerza y todo se desarrolla con un ritmo mas fluido que la hace mucho mas entretenida.

Aunque, el punto mas negativo de la película lo he encontrado en sus protagonistas. Tom Cruise y Olga Kurylenko no lo hacen mal, pero tienen muy, pero que muy, poca química entre ellos y esto echa bastante a perder el film, ya que la historia principal se sustenta en la historia de amor entre sus personajes, la cual termina resultando un tanto insustancial. Luego están Morgan Freeman, Melissa Leo o Nikolaj Coster-Waldau –el Jaime Lannister de Juego de Tronos –que hacen un buen trabajo, pero pasan por la película sin pena ni gloria a causa de unos personajes un tanto vacíos y poco desarrollados.

La otra cara de la moneda es Andrea Riseborough, quién ha llegado a sorprenderme y para mi es de lo mejor del film. A penas conocía a esta actriz británica y vaya lo que me estaba perdiendo. Es una actriz estupenda y su interpretación en la película es impresionante, llenando la pantalla en todo momento y transmitiendo mucho mas en las escenas sin diálogos, ya que su mirada expresa mucho mas que los gestos de Cruise. Es una pena que le haya tocado interpretar a un personaje de los que les toca morir a mitad de la película; afortunadamente, los giros que hay en la trama hacen que podamos verla mas veces.


En definitiva, Oblivion no deja de ser una de tantas películas de ciencia ficción distópicas con el mensaje de que no debemos creernos todo lo que nos dicen y de que tenemos que hacer mas caso a nuestros instintos, ya que, de lo contrario, terminaremos siendo esclavos sin tan siquiera saberlo. Un buen mensaje pero, desgraciadamente, la película no logra pasar mas allá del entretenimiento; aunque, eso si, al menos lo intenta.

Aún así, es una buena película que se disfruta bastante y, a pesar de los fallos que ya he comentado, deja al final un buen sabor de boca.


Yo, desde luego, la recomiendo; aunque advierto que no vayáis a verla con las expectativas muy altas.












7 de mayo de 2013

SUPERMAN IV : EN BUSCA DE LA PAZ (1987)















La franquicia de Superman cambió de manos en esta cuarta entrega que se esperaba que relanzara la saga y consiguió todo lo contrario.

Una película con muy buenas intenciones por parte de su director, sus actores y su equipo técnico pero bajo la tutela de una compañía que, desde luego, no era la mas apropiada para un film como este.

Una escalada de tensión entre EEUU y la URSS amenaza con una posible guerra nuclear, algo que Superman (Christopher Reeve) ve con preocupación. Tampoco como Clark Kent le van bien las cosas, ya que el Daily Planet ha sido comprado por David Warfield (Sam Wanamaker), un magnate de la prensa amarillista. Este pone al frente del periódico a su hija, Lacy (Mariel Hemingway), para que recorte gastos y haga los cambios precisos para convertir el periódico en un diario sensacionalista. Esto no tardará en enfrentarles con Perry White (Jackie Cooper) y Lois Lane (Margot Kidder).

Mientras tanto, motivado por una carta que un niño le escribe pidiéndole ayuda para evitar la catástrofe nuclear, Superman decide romper su norma de no intervenir en los asuntos humanos y empieza a eliminar las armas nucleares de todo el mundo enviándolas al sol para que las destruya. Pero esto es aprovechado por Lex Luthor (Gene Hackman), quién ha logrado escapar de la cárcel con la ayuda de su incompetente sobrino, Lenny (Jon Cryer). Luthor logra hacerse con un pelo de Superman que este donó a un museo y lo utiliza para crear un material genético que introduce en un misil nuclear antes de que Superman se apodere de él y lo envíe al sol. La explosión hace que del material genético surja el conocido como Hombre Nuclear, un ser con poderes similares a los de Superman cuya energía proviene del sol.

Después de los flojos resultados Superman III (Richard Lester, 1983) y del fracaso de Supergirl (Jeannot Szwarc, 1984), Alexander Salkind y su hija, Ilya Salkind, decidieron vender los derechos de Superman a Menahem Golan y a Yoram Globus, quienes entonces dirigían la Cannon Group, una famosa compañía cinematográfica que se caracterizaba por realizar películas de acción de bajo presupuesto, casi de serie B, y que encumbró a estrellas del cine de acción como Charles Bronson, Chuck Norris o Jean-Claude Van Damme. A ellos les debemos títulos como las sagas Desaparecido en Combate o El Guerrero Americano y películas como Yo soy la Justicia (Michel Winner, 1982), Invasión USA (Joseph Zito, 1985), El Justiciero de la Noche (Michael Winner, 1985), Delta Force (Menahem Golan, 1986) o Cobra, el brazo fuerte de la ley (George Pan Cosmatos, 1986).


La Cannon, bajo el mandato de Golam y Globus, vivió su época de mayor esplendor durante la primera mitad de los 80 y habían decidido expandirse con, entre otras cosas, la creación de franquicias basadas en cómics; haciéndose, además de con Superman, con los derechos de otros superheroes, como Spiderman o el Capitán América. No obstante, solo fue Superman quién llegó a tener película; bueno, también la tuvo el Capitán América varios años después en aquel nefasto film, pero Golam lo produjo cuando ya estaba fuera de Cannon y había fundado su propia compañía, 21th Century.

El proyecto comenzó bien. La marcha de los Salkind animó a los regresos de Margot Kidder como Lois Lane y Gene Hackman como Lex Luthor y lograron convencer a Christopher Reeve para que encarnara de nuevo al hombre de acero; para ello le dejaron que él mismo ideara la historia de la película, la cual Lawrence Konner y Mark Rosenthal se encargarían de convertir en guión, y también permitieron que dirigiera la segunda unidad.

Para la dirección quisieron traer de vuelta a Richard Donner y estuvieron cerca de convencerle, pero este prefirió mejor dirigir Arma Letal (1987) y, tras barajarse nombres de directores como Paul Verhoeven o Wes Craven y de otros habituales del estudio, como Joseph Zito, la dirección recayó en el veterano Sidney J. Furie.

Los problemas empezaron, como siempre, por motivos de dinero.

Golam y Globus recibieron 35 millones de dólares de la Warner para hacer el film, pero ellos decidieron emplear solo la mitad, 17´5 millones, y utilizar la otra mitad de ese dinero para otros películas. Esto supuso un sin fin de reescrituras del guión para abaratar los costes. Luego, la reducción de presupuesto espantó al equipo de efectos especiales habitual de la saga, por lo que se contrató un nuevo equipo encabezado por Harrison Ellenshaw; aunque, poco pudieron hacer con el material tan pobre que le dieron.

Luego, tras el rodaje, las cosas no fueron mejor, ya que a Cannon no le gustó el montaje original de 136 minutos y obligó a reducir la duración a 90 minutos, quedándose mucho material en la sala de edición. En el montaje original, entre otras cosas, había dos Hombres Nucleares, siendo cortadas las escenas correspondientes al primero de ellos, el cual estaba interpretado por Clive Mantle. Este era quién se enamoraba de Lacy Warfield, por eso el segundo Hombre Nuclear –que había surgido de los restos del primero tras ser derrotado por Superman –se acordaba de ella al verla en un periódico.

Los de Cannon afirmaron que los 46 minutos de metraje cortados se emplearían en una quinta entrega, la cual jamás llegó a hacerse, ya que la película fue un monumental fracaso, recaudando solo 15 millones de dólares a nivel mundial; ni tan siquiera recuperaron los 17´5 millones en los que habían reducido el presupuesto.

Normal que no hicieran la quinta entrega –algo que es de agradecer, ya que tenían previsto que la dirigiera Albert Pyun –y que el estudio perdiera los derechos después. Además de comenzar su decadencia ese mismo año, 1987, donde también tuvieron los fracasos de Yo, el Halcón, de Menahem Golan, y Master del Universo, de Gary Goddard.

Bueno, vamos a hablar de que me parece la película. Y no me voy a ir mucho por las ramas.

La película es...




UNA MIERDA




Antes de meterme de lleno en el análisis, debo decir que esta fue la primera película de Superman que vi en el cine y recuerdo que disfruté mucho viéndola y aluciné con los momentos y las escenas de acción. Pero entonces tenía solo 7 años y con los inocentes ojos de tu infancia todo lo ves mucho mejor de lo que es en realidad. Porque, a medida que me he ido haciendo mayor y he visto mas veces esta película, cada vez me parece mas y mas mala.

La reducción de presupuesto y los recortes en el guión no solo se notan mucho, es que ni se esfuerzan en disimularlos.

Hay lagunas argumentales tan grandes que afectan terriblemente al ritmo del film, haciendo que todo pase sin pena ni gloria y que a penas se desarrollen los personajes; incluso personajes tan imporantes en la saga como Lex Luthor o Margot Kidder tienen una presencia de lo mas anodina.



Luego todo es cutre hasta decir basta. Empezando por los efectos especiales, que dan pena; pero pena de la que lamentas no tener una pistola a mano para acabar con el sufrimiento de un animal moribundo. Un buen ejemplo son las escenas de vuelo. Las escenas de vuelo de las anteriores películas son magistrales, aunque se notara mucho la pantalla de fondo, te las creías y disfrutabas con ellas. Aquí, en cambio, ver volar a Superman dan ganas de morirse de lo mal hechas que están; y no digamos cuando coge algunas cosas, como esos misiles de juguete o una Estatua de la Libertad de lo mas lamentable.

Pero no solo los efectos especiales son penosos. El diseño de producción es para morirse de vergüenza ajena. Los decorados son de risa –en el peor de los sentidos –. Empiezo por esa superficie lunar donde Superman y el Hombre Nuclear se pelean en una de las peleas mas cutres y patéticas que he visto en mi vida. Si es cierto lo de que la llegada a la luna fue una mentira y la imágenes de la tripulación del Apolo 11 fueron grabadas en un estudio, no hubieran engañado ni al tonto del pueblo de haber grabado esas escenas en un decorado como este.

Otra cosa bien cutre en este film es el vestuario de los personajes. Y no solo lo digo por el Hombre Nuclear y su disfraz de campeón de lucha libre de saldo, sino de todos los personajes, que parece que los vistieron con lo primero que encontraron. Incluso me atrevería a pensar que fueron los propios actores los que se llevaron su propia ropa; el personaje de Perry White parece que está vestido en todo momento como si estuviera en la sala de estar de su casa.

Dejando todo esto a un lado, vamos con las cagadas; que la película las tiene como para parar un tren.

Para empezar, vuelvo a lo de la luna. Porque vemos primero a Superman y al Hombre Nuclear peleándose –o jugando al pilla pilla; a saber que era eso –en una superficie lunar llena de polvo y montañas y luego vemos a Superman empujando, para provocar un eclipse de sol, una luna donde el polvo y las montañas han desaparecido; encima es una luna de cartón que canta una barbaridad.

Luego tenemos que Superman, a parte de poder hacer varias cosas con los ojos, como lanzar rayos láser o mirar a través de superficies con rayos X, también tiene una visión especial con la que es capaz de reconstruir la Muralla China ladrillo a ladrillo.


Y si eso os ha gustado, no os perdáis cuando logra parar la erupción de un volcán poniéndole un tapó que él mismo se hace con la cima de una montaña.

Y, para terminar, mi favorita. Esa en la que el Hombre Nuclear secuestra a Lacy y se la lleva al espacio donde la chica puede respirar con normalidad y que, a pesar de la falta de gravedad, cuando Superman le quita la energía al Hombre Nuclear al cubrir el sol con la luna, este se queda inerte suspendido en el espacio, pero ella se tiene que agarrar a él para no caerse. ¿Como se os queda el cuerpo?


Y a todo esto hay que unirle un sin fin de tonterías y escenas ridículas. Como esa en la que Superman y su alter ego, Clark Kent, tienen una cita doble con Lois y Lacy y tiene que cambiándose constantemente para estar con una y luego con la otra. Una escena que, además de ridícula, llega a resultar aburrida y pesada y solo quieres que se acabe cuanto ante.

Otra ridiculez de la película es que Lex Luthor tiene una mente criminal tan brillante que no solo es capaz de crear un hombre radiactivo a partir de un pelo de Superman, sino que es hasta capaz de censurarlo añadiendo trozos de tela al potingue genético para que cuando nazca lo haga ya vestido y tenga su propio traje. Una tela, por cierto, tan resistente que es capaz, no solo de no ser destruida en una explosión nuclear en la superficie del mismísimo Sol, sino que capaz hasta de multiplicarse.

Además, vale que lograran recuperar a Gene Hackman, pero ya cansa un poco tener de nuevo como villano principal a Lex Luthor, a quién ya vimos en la primera y en la segunda y en la tercera tuvimos una mala imitación de él. Eso si, aquí cambia de ayudante patoso, sustituyendo al célebre Otis (Ned Beatty) por un sobrino tonto llamado Lenny al que da vida Jon Cryer, actor que gozó de cierta fama en los 80 gracias a títulos como Click, Click (Jerry Schatzberg, 1984) o La Chica de Rosa (Howard Deutch, 1986) y ahora es conocido como el hermano gorrón de Charlie Sheen en la serie Dos Hombres y Medio.

Resumiendo.

Un auténtico desastre del que la principal culpable fue la Cannon, quién tuvo la oportunidad de ir un paso mas allá y dejar a un lado las películas de serie B para meterse de lleno en las superproducciones. Pero, en lugar de eso, se echaron atrás y terminaron por cargarse una película que podría haber resucitado la saga de Superman pero, en lugar de eso, la enterró del todo y el hombre de acero empezó una larga odisea antes de volver a los cines; algo de lo que ya hablaré en otra entrada, la correspondiente a Superman Returns.


Lo peor de la Cannon es que engañaron a todo el mundo, porque dudo mucho que, de saber donde se metían, ni Christopher Reeve, Margot Kidder o Gene Hackman se hubieran aventurado a volver y, mucho menos, la Warner les hubiera dado los 35 millones de los que, como ya he dicho, solo la mitad fueron invertidos en el film. Claro, que al final tuvieron su justo castigo cuando el estudio se hundió y fue absorbido posteriormente por MGM.

Una película de lo mas nefasta. No llega al nivel de subnormalidad de Batman y Robin (Joel Schumacher, 1997), que hundió la saga de Batman diez años después, pero se le queda cerca. Una película que es imposible tomársela en serio y es imposible disfrutar con ella; a menos que seas un niño de 7 años, claro.

Christopher Reeve no se pudo despedir peor de la saga y el personaje que le dio la fama.