12 de octubre de 2014

HÉRCULES (2014)



















Ha tardado un poco, pero lo prometido es deuda y aquí tenéis la review del otro Hércules que hemos podido ver este año.

Después de ese desastre que fue Hércules: El Origen de la Leyenda, el famoso semidios griego tiene suerte de que este mismo año haya tenido otra película que le ha devuelto algo de dignidad después de semejante desastre.

Hércules (Dwayne Johnson) es el hijo de Zeus y, tras completar las 12 pruebas, se convirtió en una leyenda. Sin embargo, una noche se volvió loco y asesinó a su esposa, Megara (Irina Shayk) y sus hijos mientras visitaba al rey Euristeo (Joseph Fiennes), siendo atormentado desde entonces por la imagen de un cancerbero que ve en sueños. Hércules siempre ha culpado a Hera de traicionarle para hacer que cometiera ese crimen inconscientemen, por lo que decidió dejar su condición de semidios y vivir como un simple mortal, convirtiéndose en líder de una banda de mercenarios.

Él y su banda llegan hasta Tracia cuando son solicitados por la princesa Ergenia (Rebecca Ferguson), que habla en nobre de su padre, el rey Cotis (John Hurt), para ayudarles a contener a Rheseus (Tobias Santelmann), un señor de la guerra que está asolando el reino. Hércules y los suyos entrenan al ejército de Cotis, liderado por el general Sitacles (Peter Mullan), y, tras derrotar a unos bárbaros locales, marchan contra el ejército de Rheseus, que se cree que está formado por centauros. Tras una gran batalla, Rheseus es derrotado y capturado y Hércules y los suyos son recibidos como héroes y recompensados por Cotis. Sin embargo, Hércules sospecha de que hay algo que no encaja y que las cosas no son como parecen.

La película se estrenó en medio de una controversia. Y es que se basa en un cómic, la novela gráfica Hercules: The Thracian Wars, de Steve Moore, quién falleció este mismo año, el pasado mes de marzo. Lo que ocurre es que Alan Moore, que era gran amigo suyo –no eran familia a pesar del apellido –, denunció que los responsables del film se las ingeniaron para no pagarle unos 15.000 dólares que le correspondían como autor de la novela gráfica.


Además, el autor de Watchment afirmó que a Steve nunca le gustaron los borradores del guión que le iban dando y no le gustó como estaba quedando el film, por lo que quiso desvincular su nombre de él, algo que el estudio no tuvo ningún problema. Sin embargo, tras su muerte, los responsables de la película volvieron a utilizar su nombre; según Alan Moore, para sacar provecho de su muerte.

Por todo esto, el creador de V de Vendetta, quién ya tiene bastante cabreo con las adaptaciones que se hacen de sus cómics, llegó a pedir a los fans de cómic que boicotearan la película.

Y puede que, en parte, le hayan escuchado, porque la película, aunque no ha sido un desastre total como el otro Hércules del año, no ha rendido en taquilla tanto como se esperaba. La película ha costado 100 millones de dólares, cifra que no ha llegado a alcanzar en la taquilla estadounidense, quedándose en 72 millones, siendo salvada por los 153 millones que ha hecho en el resto del mundo, haciendo un total de 225 millones de dólares. Se libra del desastre gracias a la recaudación internacional –algo que ocurre cada vez con más frecuencia entre las superproducciones hollywoodienses –, pero se queda lejos de ser un éxito.

Aunque, lo que más chocante es que el día de su estreno en EEUU coincidió con Lucy, la película de acción y ciencia ficción dirigida por Luc Besson y protagonizada por Scarlett Johansson, un film francés que ha costado 40 millones de dólares. Muchos creían que esta película iba a aplastar a Lucy, sin embargo, la batalla se saldó con una victoria aplastante del film de Scarlett Johansson, que se colocó en el primer puesto con 44 millones mientras este film se tuvo que conformar con el segundo puesto y 29 millones. Y, en recaudaciones globales a día de hoy, Lucy sigue siendo la gran ganadora, ya que lleva recaudados 406 millones en todo el mundo, mientras este film se tiene que conformar con los 225 millones que he dicho antes.

Eso sí, al menos la película ha salvado los muebles gracias a la taquilla internacional y no ha sido un desastre como la otra película de Hércules de este año, la cual si fue un total fracaso recaudando 61 millones de dólares en todo el mundo con un presupuesto de 70 millones.

Por otro lado, la crítica la ha recibido con críticas mixtas y el público, aunque no la ha recibido de forma muy entusiasta, está siendo, por lo general, bastante benévolo con ella.

¿Y qué opino yo? Pues a eso vamos.

A mí la película, en general, me ha gustado. Aunque, eso sí, no me ha satisfecho del todo, ya que esperaba mucho más de ella.


Antes de comenzar, quiero dejar claro que no he leído el cómic de Steve Moore; cosa rara, ya que me gustan mucho los cómics y los de esta temática me encantan. Me hubiera gustado leerlo antes de ver la película, pero me ha sido imposible conseguirlo. Así que no puedo juzgar esta película como adaptación. Solo como película.

Pues bien, como película no está nada mal. Brett Ratner, aunque no tiene una filmografía muy brillante, es un buen director y aquí hace un buen trabajo. El tipo fue candidato para dirigir la nueva versión de Conan –que al final dirigió Marcus Nispel –y este film podría ser un buen ejemplo de cómo hubiera sido el resultado de aquella si hubiera estado él a los mandos.

Técnica y visualmente, la película está muy lograda. El diseño de producción es muy bueno, los efectos especiales están a la altura y las escenas de acción son brutales y están muy bien filmadas.

El guión no es ninguna maravilla, pero cumple bien su cometido. Consigue que la película resulte interesante desde el principio hasta el final, sin que llegue a aburrir en ningún momento. Además, nos ofrece un giro en la trama que, aunque es cierto que se veía venir, resulta bastante interesante.

El reparto, en general está bastante bien. Comenzando por su protagonista, Dwayne Johnson, un tipo que derrocha mucho carisma, siendo mucho más que una simple masa de músculos. A mí me gustó mucho cuando debutó en el cine con El Regreso de la Momia (2001), por entonces, apenas sabía actuar pero, aún así, conseguía ganarse a público con su carisma y su personalidad, haciéndole ser la gran revelación de la película; ni que decir tiene que solo un año después tuvo su propio spin-off. Y, con el paso de los años, ha ido mejorando mucho como actor.

Y, aquí, desde luego, hace uno de sus mejores papeles encarnando al famoso semidios griego en su versión más dura y atormentada. Además, su caracterización es excelente y, además, el tipo se ha entrenado a conciencia y se nota, ya que se ha puesto mucho más fuerte de lo que ya es para mostrar al personaje como el superhombre que es. Desde luego, le da mil patadas a ese Hércules interpretado Kellan Lutz que parecía más un modelo de pasarela que otra cosa.

El resto de los actores también hacen un buen trabajo. Especial mención merecen los miembros del grupo que acompaña a Hércules. Muchas veces suelen fastidiarla en este tipo de películas haciendo cargar al protagonista con un grupo de compañeros que resultan de lo más molestos y terminan siendo un lastre para el film. Sin embargo, aquí ocurre todo lo contrario, y los compañeros del protagonista consiguen caer simpáticos y logran hasta hacer que quieras formar parte de su grupo.


Por lo demás, Rebecca Ferguson también está muy bien en su papel, Joseph Fiennes también hace un buen trabajo y John Hurt está tan magistral como siempre. También merece una especial mención Irina Shayk, una espectacular supermodelo rusa que aquí en España es muy conocida al ser novia del futbolista Cristiano Ronaldo del Real Madrid. En la película da vida a Megara, la esposa asesinada de Hércules y, aunque su aparición es muy reducida, limitándose a unos pocos flashbacks, su presencia no deja nada indiferente. No sé como será como actriz, porque no llega a actuar, pero está realmente impresionante con su presencia, llegando hasta erotizar la pantalla, en serio. Ni que decir tiene que ya la quiero ver en más películas.

Como ya he dicho, la película me ha gustado, pero no me ha entusiasmado. Y es que podría haber sido mucho mejor si sus responsables se hubieran arriesgado más.

Un ejemplo es la manía de querer hacer todo ahora PG-13. Como ya he dicho, no he leído el cómic de Steve Moore, pero tengo entendido que es un cómic muy violento y sangriento y, la verdad, algo más de violencia no le hubiera venido mal a esta película. Las batallas y las escenas de acción están muy bien, como ya he dicho antes, pero hubieran mejorado mucho con litros de sangre salpicando la pantalla y decapitaciones y desmembramientos cada dos por tres. También hubiera mejorado mucho con más erotismo, porque no se puede concebir una historia de griegos sin sexo. En cambio aquí, lo más erótico es la presencia de Irina Shayk que ya he mencionado antes.

Aunque, esto no es lo que realmente me molesta. Lo que más me molesta es que nos engañaran con los tráilers, haciéndonos creer que íbamos a ver a Hércules luchando contra monstruos mitológicos a lo largo de la película; los monstruos correspondientes a las 12 pruebas, como la Hydra, el Jabalí o el León –un león, por cierto, impresionante y muy bien hecho; nada que ver con esa mierda con patas que nos ofreció Renny Harlin –. Aquí los efrentamientos con los monstruos los reducen a breves escenas que corresponden al resumen del principio, lo que resulta bastante decepcionante; además, nos dan un mandarinazo con los monstruos, pero de eso no voy hablar, ya que para ello tendría que poner spoilers y no me apetece ponerlos.

Según mi opinión, lo que deberían haber hecho es haber ido insertando flashbacks a lo largo de la película mostrando estos enfrentamientos en escenas más largas y espectaculares; seguro que la película hubiera tenido más suerte en taquilla en una época en la que el cine fantástico cada vez lo peta más.


Pero, bueno, a pesar de todo esto, la película está bastante bien y, desde luego, merece el aprobado; aunque no con una nota muy alta, eso sí.

Para mí, es una buena película de aventuras, pero que no mata. Es una película que veré sin ninguna duda cuando la emitan por la Tv. No vale mucho la pena verla en el cine pero, aún así, tampoco te arrepientes de haberlo hecho; al menos, yo no me arrepiento de haberla visto en el cine.


Y, desde luego, en la inevitable comparación con Hércules: El Origen de la Leyenda, esta película sale ganando, pero por goleada. De hecho, el film de Renny Harlin hasta la hace parecer mucho mejor de lo que es.










5 de octubre de 2014

HÉRCULES: EL ORIGEN DE LA LEYENDA (2014)


















Antes de traeros la review del Hércules dirigido por Brett Ratner con Dwayne Johnson de protagonista, me quiero quitar un peso de encima hablando de la “otra” película de Hércules que ha habido este año. Ya que, como bien sabéis, este año hemos tenido al famoso semidios por partida doble.

Grecia, 1200 a.C., la reina Alcmena (Roxanne McKee) suplica a los dioses una solución para acabar con la tiranía de su esposo, el rey Anfitrión (Scott Adkins). Como respuesta a sus plegarias, el dios Zeus la posee y engendra con ella un hijo que sea el futuro salvador; el cual, reciba el nombre que reciba, tendrá siempre el nombre de Hércules. El niño recibe el nombre de Alcides y se cría como hijo de Anfitrión. Pero el rey sabe que su esposa le fue infiel con alguien y lo menosprecia, favoreciendo más a su hijo mayor, Ificles (Liam Carrigan). Años después, el niño crece convertido en un fuerte joven (Kellan Lutz) y mantiene una relación con la bella Hebe (Gaia Weiss), hija de uno de los aliados de Anfitrión, quién organiza el matrimonio entre ella y Ificles.

Es por ello por lo que intentan escapar, pero ambos son capturados. Como castigo, Anfitrión decide enviarle a Egipto junto a un batallón comandado por Sotiris (Liam McIntyre). Antes de partir, Alcmena le dice que su verdadero nombre es Hércules y que está destinado a algo muy importante, pero él solo piensa en Hebe y no le hace mucho caso. Una vez en Egipto, todo resulta una trampa. Antes de partir, el rey redujo la tropa a la mitad y les hizo ir por un paso peligroso. Así, todo el batallón cae en una trampa y son atacados por unos mercenarios enviados por el rey. Solo sobreviven Sotiris y él, que adopta el nombre de Hércules para que crean que murió en la emboscada. Los dos son vendidos como esclavos y obligados a luchar en la arena para sobrevivir e intentar escapar para regresar y evitar el matrimonio entre Hebe e Ificles.


No es la primera vez que dos películas de una misma temática coinciden un mismo año. Por ejemplo, en 1991 se estrenaron dos películas de Robin Hood, en 1992 dos películas sobre el descubrimiento de América, en 1997 dos películas sobre volcanes o en 1998 dos películas sobre un asteroide que se va a estrellar contra la Tierra; y, siempre, de estas dos películas hay una que es mejor que la otra. Este año le ha tocado el turno a Hércules, que nos llega por partida doble con dos películas: la que protagoniza Dwayne Johnson y esta de la que me dispongo a hablar ahora.

Esta fue la primera en llegar –se estrenó el pasado mes de enero –, pero eso no significa que sea la primera, ya que la otra empezó a gestarse antes que esta. Lo que ocurre es que los responsables de este film metieron el turbo, ya que se nota que el acabado es muy apresurado, y por eso ha llegado antes.

Los de Millenium Films se enteraron de que Paramount Pictures y MGM estaban preparando una gran superproducción sobre Hércules y decidieron subirse al carro realizando en tiempo record su propia película. Para ello, invirtieron 70 millones de dólares y pusieron al frente del proyecto a Renny Harlin, un buen director venido a menos. Para dar vida al hijo de Zeus escogieron a Kellan Lutz, actor que se hizo popular por su participación en la saga Crepúsculo y en series como la nueva versión de Sensación de Vivir; un currículum que espantaría a cualquiera con dos dedos de frente, pero se ve que a esta gente le pareció una buena idea.

La película ha sido uno de los mayores desastres del año. Con sus 70 millones de presupuesto, tan solo ha hecho 19 millones en EEUU y 42 millones más en el resto del mundo, haciendo un total de 61 millones de dólares; ni siquiera ha logrado recuperar su inversión con la taquilla internacional. Todo esto sin mencionar que la crítica la ha pulverizado sin ninguna piedad y que la mayoría de la gente que la vio salió echando pestes de ella.

Y es que no me extraña, porque la película es una PUTA MIERDA.

A mí me costó horrores tragármela entera, porque es tan mala que hasta se hace insoportable de ver. Ni siquiera he querido hacer un segundo visionado antes de hacer la review porque, entre volver a ver este engendro y clavarme clavos al rojo vivo en los ojos, optaría sin duda por lo segundo.


Su director, Renny Harlin, lleva varios años en caída libre y parece que aún no ha tocado fondo. Este finlandés comenzó su carrera en el cine de terror de serie B en los años 80 y tuvo su momento de gloria como director de cine de acción en la primera mitad de los 90 gracias, especialmente, a dos películas: La Jungla 2: Alerta Roja (1990), primera de las secuelas de la maravillosa La Jungla de Cristal (John McTiernan, 1988), y Máximo Riesgo (1993), la cual ha llegado a convertirse en un pequeño clásico del género. Sin embargo, su carrera cayó en picado en la segunda mitad de los 90 con los fracasos de La Isla de las Cabezas Cortadas (1995) y Memoria Letal (1996) y, aunque parecía que volvía a recuperarse con la película de tiburones Deep Blue Sea (1999), en la década siguiente y lo que llevamos de esta no ha hecho más que encadenar fracaso tras fracaso al mismo tiempo que la calidad de sus trabajos ha ido decreciendo.

Y, con esta película, el tipo no ha hecho más que poner otro clavo en el ataúd de su carrera firmando uno de sus trabajos más bochornosos, con una dirección que da pena, un guión –donde él mismo participó –que da pena, unas escenas de acción que dan pena, unos efectos especiales que dan pena, unas interpretaciones que dan pena…

Aunque, lo que más pena da es ver como el tipo intenta emular, de la forma más patética, a Zack Snyder; sobre todo, en esos planos a cámara lenta que tanto caracterizan el estilo del director de 300. Lo que pasa es que Snyder sabe filmar muy bien esos planos y sabe como y cuando meterlos en determinados momentos de sus películas. Pero aquí, esos planos resultan de lo más patéticos, ya que están penosamente filmados y suelen llegar sin venir a cuento.

La película es como una mezcla entre la mencionada película 300 y la serie Spartacus: Sangre y Arena; y aquí reside otro de sus muchos defectos. No el hecho de que trate de copiar descaradamente elementos de esta, sino que tanto 300 como Spartacus están repletas de sexo y violencia y eso aquí escasea por todas partes, ya que apenas hay sangre y las –pocas –escenas de sexo que hay más mojigatas no pueden ser. No sé a qué mente pensante se le ocurrió que el público potencial de 300 y Spartacus –entre el que me encuentro –iba a ir a ver en masa la versión light de estas, porque se lució, pero bien.

Luego está el aspecto visual y técnico, que aquí también hay miga.


Vale que las superproducciones hoy en día suelen costar de 100 millones  para arriba. Pero 70 millones de dólares no es un presupuesto de película de serie B, así que no es excusa para que nos ofrezcan un espectáculo visual digno de una película de la Asylum o cualquier mierdaproducción hecha directamente para acumular polvo en la estantería de un videoclub.

Esos paisajes y esos decorados recreados digitalmente dañan la vista de lo mal hechos que están; lo mismo que las batallas y algunos otros momentos que llegan a dar vergüenza ajena. Un buen ejemplo es ese el león creado mediante CGI tan penoso que hasta dan ganas de arrancarse los ojos nada más verlo; ni punto de comparación con el que aparece en la película de Brett Ratner. Hasta el león digital que aparecía en Jumanji, de Joe Johnston, era mil veces mejor que el que se ve aquí; y estoy hablando de una película de 1995 que costó 65 millones de dólares.

En cuanto al reparto, pues nada. No me meto con los actores porque ellos no tienen del todo la culpa. Porque se nota a mil leguas que el casting fue elegido a dedo y, encima, la dirección de actores es bochornosa.

El protagonista, Kellan Lutz, debo decir en su favor que, al menos, se esfuerza en intentar hacerlo bien y eso es de agradecer. El problema es que es imposible tomárselo en serio con esas pintas que le ponen, pareciendo más un modelo de pasarela o, incluso, un actor porno que el famoso semidios griego; y, encima, esos pelos rubios peinados hacia delante que lleva empeoran aún más las cosas.  Además, el tipo es musculoso, pero tenía que haberlo sido mucho más para dar vida a alguien como Hércules; Dwayne Johnson es un tipo muy musculoso y, aún así, se puso más fuerte aún para ser Hércules en su respectiva película. Lutz debería de haber recibido más entrenamiento; sobre todo, debería de haber trabajado los brazos tanto como los pectorales porque, si os fijáis bien, los brazos no están a la misma proporción que el torso, dándole un aspecto más ridículo del que ya tiene.

El resto del reparto, tan solo destacar a Roxanne McKee, Scott Adkins y Liam McIntyre como Alcmena, Anfitrión y Sotiris, los únicos que tienen una interpretación algo superior a los demás; aunque, tampoco mucho.



En definitiva, la película es espantosa. Un bodrio infumable que no deseo volver a ver más el resto de mi vida; con una vez ya ha sido suficiente –aunque yo diría que demasiado –.

Sobre la otra película de Hércules ya hablaré pronto, puesto que estoy preparando ya la review. Pero, sobre cual de las dos es mejor, está claro cual es la respuesta, porque muy mal tendría que hacerlo Brett Ratner para que le salga algo peor que esto.


Desde luego, esta PUTA MIERDA no se la recomendaría ni a mi peor enemigo. Si alguien no la ha visto aún, por favor, que huya de ella como si de la peste bubónica se tratase.