22 de marzo de 2014

300: EL ORIGEN DE UN IMPERIO (2014)




















300: El Origen de un Imperiono no es exactamente una secuela de la maravillosa 300 (Zack Snyder, 2007). Bueno, sí lo es en parte, porque también es una precuela y una especie de spin-off.

Más adelante hablaré de ello. Ahora, vayamos por partes.

Mientras sucedía la batalla de las Termópilas, en el estrecho de Artemisio un contingente de barcos griegos trata de detener a la todopoderosa armada persa comandada por la despiadada Artemisia (Eva Green). La armada griega está liderada por Themistocles (Sullivan Stapleton), un general y hombre fuerte del gobierno de Atenas que sueña con unificar toda Grecia contra la amenaza de los persas. Themistocles era un completo desconocido hasta que, diez años atrás, se convirtió en todo un héroe al liderar a los atenienses en la victoria contra los persas en la batalla de Maratón y herir de muerte al rey Darío (Igar Naor).

Por su parte, Artemisia era una princesa griega que, siendo solo una niña vio como su familia era masacrada por unos hoplitas que arrasaron su tierra. Después estuvo años prisionera en un barco de esclavos griego donde fue violada continuamente hasta que se cansaron de ella y la dejaron tirada en un puerto para que muriera. Sin embargo, fue recogida por un emisario persa que la entrenó en las armas y la convirtió en una fiera guerrera y líder militar que se ganó el favor del rey Darío. Tras la muerte de este, manipuló al nuevo rey, Jerjes (Rodrigo Santoro), hasta hacerle creer que se había convertido en un dios y lanzarlo a la conquista de toda Grecia. El choque entre Artemisia y Themistocles será brutal.

300 fue un éxito enorme. Con un presupuesto de 65 millones de dólares, solo en EEUU recaudó 210 millones a los que hay que sumar 246 millones más recaudados en el resto del mundo, por lo que la película hizo un total de 456 millones de dólares.


Después de un éxito así, no es de extrañar que la Warner quisiera seguir explotando la fórmula en una secuela. El problema es que el cómic de Frank Miller en el que se basaba la película no tenía continuaciones. Fue por ello por lo que el propio Frank Miller comenzó a realizar una precuela de su historia que, bajo el título de Xerxes, contaría los acontecimientos de la batalla de Maratón y el ascenso de Jerjes I como dios rey del Imperio Persa. Este cómic debía haberse estrenado al mismo tiempo que la película pero, a pesar de que Miller entregó en 2011 a Dark Horse los dos primeros números que componen la miniserie, el pasado mes de diciembre se supo que no iba a poder tener el cómic listo para entonces. Y es que, más centrado más en otros trabajos, tanto comiqueros como cinematográfico –como la secuela de Sin City –, Miller tiene menos tiempo para trabajar en su novela gráfica, para la que vamos a tener que esperar para ver sus resultados.

Pero eso ha importado poco a los responsables de este film, ya que, con cómic o sin él, la película debía hacerse. De hecho, empezaron a hacerla casi al mismo tiempo que el cómic. Aunque también tuvieron que pasar unos años para que viera la luz, ya que Zack Snyder, que tenía previsto volver a dirigirla, antes quiso ocuparse de otros trabajos, como Watchmen (2009) –donde adaptó a otro grande del cómic; en este caso Alan Moore -, la película de animación Ga'Hoole, la Leyenda de los Guardianes (2010) o la personal e infravalorada Sucker Punch (2011).

El estudio esperó pacientemente. Pero, cuando a Snyder le surgió dirigir una gran superproducción como Man of Steel (2013), cuya producción iba a durar siete meses, ya no quisieron esperar más y a Snyder no le quedó más remedio que limitarse a la producción y relegar la dirección a otra persona. El elegido fue el israelí Noam Murro, quién no dudó en abandonar la quinta entrega de La Jungla de Cristal, que cayó en manos de John Moore, para dirigir este film.

La película debía haberse estrenado en agosto de 2013, pero un retraso en los efectos especiales hizo que su estreno se retrasara varios meses hasta marzo de 2014. Pero, a pesar de este inconveniente, la película ha llegado sin ningún problema a los cines y ya la tenemos en nuestras carteleras.

Y, de momento, no le está yendo mal. Su arranque ha sido espectacular, aunque inferior al de su predecesora –pero esto era algo de esperar –y en su segunda semana ha bajado un poco. Aún así, la película, que ha costado 110 millones de dólares, ya lleva recaudados 85 millones solo en territorio estadounidense y 158 millones más en el resto del mundo, llevando recaudados a día de hoy 243 millones de dólares. Y esa cifra aumentará este fin de semana.

El público, especialmente todos los que disfrutaron con la primera película, la está recibiendo generalmente bien. Otra cosa es la crítica, que la ha recibido con opiniones diversas. A algunos les ha gustado y a otros no; aunque son más las críticas negativas y las positivas no son muy entusiastas.

Pero, bueno, yo a la crítica profesional es a la que menos caso suelo hacer y me limito a dar mi más sincera opinión sobre esta película, la cual es completamente personal y no está influenciada por nadie; tan solo por mi criterio.


Pues bien, la película me ha ENCANTADO.

Me ha parecido una película estupenda y una secuela –la voy a llamar así mejor –notable que me ha hecho disfrutar de principio a fin y me ha dejado un sabor de boca de lo más agradable.

En la inevitable comparación con su predecesora, debo decir que esta película  es inferior a la primera; aunque no se le queda muy atrás. Porque si la primera era una película de 10, esta se quedaría en un 8'5 o un 9 directamente.

La película está completamente en la línea de la primera, pero todo hecho más a lo grande, con más espectacularidad, más mala hostia, muchas más batallas, mas historia y más de todo. Sin embargo, hay varios detalles en los que la película no está tan acertada y la hacen perder puntos frente a la primera. Pero de eso hablaré mas adelante.

Empiezo por las cosas buenas, que es lo que más abunda en este film.

De lo mejor, sin duda, es el guión, escrito por Zack Snyder y Kurt Johnstad –uno de los guionistas de la primera película –, el cual es estupendo, muy trabajado y con unos diálogos brillantes. Aunque lo mejor es lo bien que estructura la historia que nos cuenta y como entrelaza con los acontecimientos de la primera.

Primero comienza como una precuela, mostrándonos la batalla de Maratón, a Themistocles convirtiéndose en héroe de Grecia y las manipulaciones de Artemisia para convertir a Jerjes en un dios rey tras la muerte del rey Darío. Luego la historia es paralela a los acontecimientos de la primera entrega, ya que se centra principalmente en la batalla de Artemisio, la cual sucedió al mismo tiempo que la batalla de las Termópilas. Y, finalmente, la película se convierte en una secuela, contando cómo, tras la muerte de Leónidas y los 300 espartanos en las Termópilas y la destrucción de Atenas por un vengativo Jerjes, la armada griega comandada por Themistocles en Salamina se convierte en la única esperanza de Grecia.

Vale que, como ya ocurrió con la primera, la película se aleja mucho de cómo ocurrieron los hechos en la historia. Pero recuerdo que, tanto esta película como su predecesora –sin mencionar el cómic en el que se basan –, no son películas históricas. Para que quede más claro, ambas películas se centran más en lo que es la leyenda que en lo que es la historia.

Visualmente, la película tiene el mismo estilo que la primera, tanto en la forma de realización, en el diseño de producción, la fotografía, los efectos especiales, las escenas acción y el uso de la violencia y el sexo. Porque la película no se corta en lo que a violencia y sexo se refiere; algo muy de agradecer en esta época en la que el PG-13 se está imponiendo cada vez mas.

Por ahí había algunos agoreros que decían que, aunque tenga clasificación R, este film había rebajado el tono violento y sexual de la primera. Pero nada más lejos de la realidad. La película tiene violencia por un tubo, decapitaciones y desmembramientos cada dos por tres y litros y litros de sangre por todas partes sin dar tregua al espectador en ningún momento durante las brutales escenas de acción.


Y lo mismo ocurre con la carga sexual. Sobre todo la que desprende Eva Green en todos y cada uno de los fotogramas en los que aparece y en el duelo que mantiene con Themistocles a lo largo de todo el film, llegando a tener los dos una escena erótica tan brutal –o mas –que cualquiera de las batallas.

Dejando esto a un lado y hablando de la interpretación, Eva Green está magnífica en toda la película. Ella es una actriz estupenda, sobre todo cuando hace de mala, como ocurre aquí. Desde luego, no pudieron haber hecho mejor elección para dar vida a Artemisia, la verdadera villana de toda la función. La escena en la que decapita a un prisionero griego y luego besa en los labios la cabeza cortada es una auténtica maravilla.

Sullivan Stapleton no lo hace mal del todo. El tipo actúa bien y hace un buen trabajo en todo el film. Sin embargo, su Themistocles no resulta tan carismático como debería ser; sobre todo si lo comparamos con el Leónidas interpretado por Gerard Buttler de la anterior película o la propia Eva Green en esta –para mí la verdadera protagonista del film, aunque haga de mala –. Repito que el tipo no lo hace mal, actúa bien, pero no consigue dotar a su personaje del carisma necesario para que su personaje sea ese gran salvador y unificador de Grecia que nos quieren mostrar. Esta es una de las razones de que este film sea inferior al anterior.

Lena Headey está tan maravillosa como ya lo estuvo en la primera entrega dando vida a la reina Gorgo –un personaje en las antípodas de la Cersei Lannister que interpreta en Juego de Tronos que, desde luego, cuesta creer que esté interpretada por la misma actriz –. Aunque su aparición sea mucho más corta, ella está magnífica en cada momento con una interpretación de lo mas sobresaliente. Lo único que lamento es que haya tenido tan poco tiempo de lucirse en las escenas de acción, donde se desenvuelve muy bien. A ver si en la tercera –que todo apunta a que habrá una – aprovechan esto.

En cuanto a Jack O'Connell y los demás acompañantes de Themistocles en la película, todos hacen un buen trabajo; en la misma línea de los compañeros de Leónidas en la primera.

Y, en cuanto a los que repiten, Rodrigo Santoro vuelve a estar muy bien dando vida a Jerjes; aquí mas ridiculizado que en la primera. David Wenham, que vuelve a encarnar a Dilios, también hace un muy buen trabajo en sus cortas apariciones. Y lo mismo digo de Andrew Tiernan, que da vida de nuevo al deforme y traidor Ephialtes.

Sobre las cosas malas, una de ellas es lo que ya he mencionado sobre la falta de carisma de Themistocles.

Luego está el hecho de que, al mantener el estilo visual de la primera se pierde un poco el impacto de cuando se vio la primera por primera vez, ya que en este campo, salvo una fotografía más fría y oscura en las batallas navales, no nos ofrece nada nuevo.

Después está la completa ausencia de Noam Murro.

Vale que, aunque no la dirija, esta es una película de Zack Snyder, quién la produce y la co-dirige, y es normal que el director haya tenido que hacerla siguiendo sus pasos y mantenerse fiel a su estilo. Pero, aún así, podría también haber metido cosas suyas en la película y que se notara su mano en el film porque, la verdad, parece que Murro ha jugado un papel en esta película parecido al que Tobe Hooper jugó en Poltergeist (1982). En Man of Steel se notaba la mano de Zack Snyder y Christopher Nolan por igual, algo que también debería haber ocurrido en este film.


Aunque, el mayor fallo de todos es el título. Porque, la verdad, 300: El Origen de un Imperio nunca ha llegado a convencerme del todo; más que nada, porque imperio se asocia más a los persas. Creo que lo más adecuado debería haber sido 300: El Origen de una Nación, lo cual haría más referencia a la unificación de Grecia que persigue Themistocles. Pero, bueno, esto es solo un opinión mía.

Estas cosas hacen que la película no llegue a la altura de la original.

Pero, como ya he dicho, a pesar de ello la película es una dignísima continuación de 300 que, desde luego, no defrauda nada a los que, como yo, disfrutamos en su día con esa película y hoy la seguimos adorando. Además, aunque se quede por detrás, tampoco se le aleja mucho y, en ocasiones, hasta podría echar un pulso con ella.

En resumen. 300: El Origen de un Imperio es una película excelente que hace disfrutar desde que empieza hasta que termina satisfaciendo, y mucho, las ganas de querer ver más que nos quedó tras ver la primera.



Películas como esta son un claro ejemplo a seguir a la hora de hacer secuelas.







10 de marzo de 2014

YO, FRANKENSTEIN (2014)



















Vamos con el que se puede considerar el primer gran desastre de este año. Empezamos bien.

En 1795, el doctor Victor Frankenstein (Aden Young), viola todas las leyes científicas y divinas al conseguir dar vida a un monstruoso ser (Aaron Eckhart) que luego intenta destruir al darse cuenta de la abominación que había creado. El ser, furioso, se venga de él asesinando a su esposa, Elizabeth (Virginie Le Brun), y después huye. Loco de venganza, Frankenstein persigue a su monstruo hasta el mismísimo polo norte, pero muere a causa del frío y la criatura recoge su cadáver y lo entierra. En esos momentos es atacado por unos extraños seres, pero es rescatado por unos misteriosos guerreros que lo llevan ante su reina, Leonore (Miranda Otto). Esta le explica que ellos son Gárgolas, seres creados por el arcángel Miguel para proteger a la humanidad de los demonios, que son los seres que le atacaron y de quienes le rescataron. Desde hace mucho tiempo, las Gárgolas y los Demonios llevan enfrascados en una guerra a espaldas de la humanidad.

Por alguna razón, Naberius (Bill Nighy), príncipe de los demonios, le está buscando. Es por ello que Leonore, que lo bautiza dándole el nombre de Adam, le pide que se quede con ellos a pesar de las reticencias de Gideon (Jai Courtney), su principal lugarteniente, que no se fía de él. Pero Adam se niega a quedarse con ellos y emprende una huída en solitario llegando hasta nuestros tiempos, ya que no envejece ni muere. Naberius continúa buscándole mientras, haciéndose pasar por el multimillonario Charles Wessex, financia los experimentos de la doctora Terra Wade (Yvonne Strahovski), una brillante científica que trabaja en la reanimación de cadáveres.


Yo, Frankenstein es la adaptación de un cómic del actor y guionista Kevin Grevioux quién, precisamente, interviene en la película dando vida a uno de los demonios; además de cómo productor ejecutivo y colaborando en el argumento del film. El cómic hace una reinvención del famoso personaje creado por Mary Shelley, convirtiéndolo en un héroe –o antihéroe –de acción en medio de un aguerra que dos especies de criaturas mitológicas libran a espaldas de la humanidad.

Stuart Beattie, guionista de películas como Collateral (Michael Mann, 2004), 30 Días de Oscuridad (David Slade, 2007), Australia (Baz Luhrmann, 2008) o G. I. Joe (Stephen Sommers, 2009), es quién se ha encargado del guión y la dirección de este film, en su segunda película como director después de la notable Mañana, cuando la guerra empiece (2010).

Como ya he dicho antes, la película ha sido un desastre. Con un presupuesto de 65 millones de dólares, solo ha hecho 19 millones en la taquilla estadounidense y 50 millones en el resto del mundo, haciendo un total de 69 millones de dólares, con lo que tan solo ha cubierto su inversión y poco más. Y si hablamos de cómo está siendo recibida por público y crítica, el desastre es aún mayor.

Todo esto ha hecho que el estreno en España, previsto para el pasado 28 de febrero, se haya retrasado hasta el próximo 30 de abril; aunque empiezo a dudar de si la película va a llegar a los cines españoles después de estos resultados.

A mí este tipo de películas me suelen atraer mucho, ya que me encanta el fantástico y la acción; sobre todo si los mezclan en un mismo film. Pero, la verdad, esta película no me despertaba mucho interés y si no he querido esperar a que llegue a España para verlo ha sido simplemente para quitármelo de encima.

Pues bien, tras haberlo visto, debo decir que la película no me ha desagradado tanto como esperaba, pero me ha dejado bastante indiferente. Por un lado no es un bodrio total, ya que está bien hecha en algunos aspectos. Pero tampoco es una película que quiera ver más veces. Bueno, tal vez si la ponen por la Tv y no hay otra cosa que ver, seguro que me animaría a verla, pero nada más.

Y es que, tal y como me temía, tenemos una película que está bastante bien visualmente –aunque con matices; ya hablaré mas delante de ello –, pero que se ve tan rápido como se olvida.

La película, en el fondo, no es más que un intento de crear una franquicia parecida a la de Underworld. Por algo están implicados varios productores de aquella: incluido el propio Grevioux que, recordemos, fue uno de los creadores y, además, participó como actor en la primera y la tercera entregas.


Lo que pasa es que Underworld es una historia que atrapa, que emociona, que progresa a medida que avanza el metraje manteniendo el interés hasta el final; sobre todo en la segunda entrega. Aquí, en cambio, la historia no termina de arrancar. Todo es un quiero y no puedo en todo momento y al final la historia termina por perder interés. Todo por culpa de un guión muy poco trabajado y unos personajes muy mal desarrollados que echan a perder un casting bastante acertado.

Porque los actores no están mal. Todos hacen lo que pueden, pero no consiguen evitar que el conjunto caiga por su propio peso y al final ninguno de ellos llega a despertar interés; ni tan siquiera la bellísima Yvonne Strahovski, quién está terriblemente desaprovechada como protagonista femenina.

Pero, bueno, como ya he dicho, no todo es malo en esta película.

Tal y como ya dije, en el aspecto técnico y visual, la película si está bastante acertada. Sobre todo en la fotografía, el diseño de producción, las escenas de acción y los efectos especiales. Aunque tampoco está del todo bien, porque hay cosas que fallan.

Por ejemplo, la película debería haber tenido más violencia y, sobre todo, sangre. Que cuando se matan las Gárgolas y los Demonios en lugar de salir fuego y luces celestiales debería haber habido sangre a borbotones y cabezas cortadas por doquier. Pero, claro, había olvidado que estamos en una época en la que los productores cada vez tienen más miedo a la calificación R y el PG-13 se está imponiendo cada vez más.

Luego, en los monstruos que vemos, tenemos que las Gárgolas están bastante bien hechas; puede que el ordenador cante algo, pero las he encontrado aceptables. La otra cara de la moneda son los demonios, los cuales son una puta mierda, no hay mas que decir; sobre todo Naberius –lo podéis ver en algunos de los posters que he colocado al principio y comprobaréis la vergüenza ajena que provoca –.

En cuanto al protagonista, Adam, tres cuartos de lo mismo. Es solamente un humano con el cuerpo lleno de cicatrices, nada más, y a penas recuerda al ser creado por Mary Shelley. Ni siquiera parece que esté hecho con las partes de varios muertos, sino que fue despedazado y lo han vuelto a coser. Desde luego, cuesta hasta creerse que el doctor Frankenstein quisiera destruirlo al principio por considerarlo una abominación. Viendo las ilustraciones del cómic, lo ideal hubiera sido haber hecho algo parecido al Marv de Sin City, eso hubiera quedado genial; pero se ve que optaron por el camino fácil.


Todo esto hace que, al final, no pueda darle el aprobado a la película. Si tuviera que puntuarla, la nota final sería superior a 4, pero sin llegar en ningún momento a 5. Pero, aún así, se libra de ir al rincón de las malas.

Sin embargo, está claramente justificado su fracaso comercial, ya que no consigue ni tan siquiera atraer al público potencial de este tipo de producciones; y yo lo sé bien, ya que pertenezco a este grupo, como he dicho antes.


Una pena, porque podría haber sido mucho más de lo que al final es.